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La carta entre hipsters…

CartaTransparente

Regina es una regia que conoció a Chino el chilango hace ya unos años, pero más que el tiempo existe una característica especial que los une: ambos cumplen con la etiqueta social de ser «hipsters» y a través de varias cartas expresan su experiencia en un contexto de ciudades diferentes pero similares.

Regina y Chino saben que el mundo actual corre sin paciencia por lo que dividieron sus cartas en 3 fases cortas, explícitas y fáciles para el lector.

 

PARTE 1

Regina: Hola crayola, hace ya unos años desde que me vine a Monterrey y hasta hace poco me percaté de que era hora de platicarte sobre un fenómeno muy chistoso, pues ahora resulta que todo lo que hago es “de hipsters”.

El viernes pasado no tenía ganas de salir al antro, tal vez es la edad o lo harta que estoy de escuchar reggaetón, Avicii o “la chica de humo”; el caso es que preferí quedarme a escribir, buscar videos de productoras independientes en Vimeo y escuchar el playlist que me pasaste el otro día con tintes tribales, toques electro y lírica ausente de “pop”.

Ya te imaginarás, al día siguiente mi hermana no paró de tacharme de hipster y entonces me puse a pensar en las numerosas ocasiones que he escuchado dicha denominación hacia mi persona. No hace más de una semana puse una canción en el salón y alguien por ahí gritó «¿qué onda hipster?», tampoco se me olvida cuando una amiga me dijo «Regina, me encanta ese collar, a veces quisiera vestirme como tú pero me correrian de mi casa por hipster»…

En realidad, más que ofenderme o sentirme halagada, comencé a pensar y analizar el conjunto de características que una persona debe cumplir para ser considerada hipster acá en el noreste.

Creo que el tema es muy complejo y probablemente si quisiera hablarte de la historia y de los «diferentes tipos de hipsters» entonces sí, esta carta podría convertirse en un libro.

Por eso, te platicaré únicamente con base en mi experiencia -viviendo en Monterrey-.

Hace un par de años, cuando en los antros se escuchaba «Party Rock» de LMFAO -sí, ya hace un par de años bebé, creo que nos estamos haciendo viejos-, la etiqueta del hipster parecía aplicar solamente a aquellos que utilizaban lentes de pasta negra, prints coloridos, leggings, tenis…

Pero ser un true hipster -según una hojeada que le dí a un libro en Urban Outfitters por allá del 2012 en el viaje que te conté a Chicago- se resumía a portar el estilo de nuestros padres: escuchar cassettes, utilizar jeans despreocupados, dejarse el cabello largo o con fleco, usar bigote (los hombres), escuchar rock de los 60’s y 70’s… entre otras cosas.

Sin embargo, hoy en día el término parece abarcar muchísimas características; y es que ya no se puede ser «anti pop» o «diferente» sin ser etiquetado de hipster.

Pero cuéntame crayola, ¿a tí como te va en la Ciudad de México?

 

Chino: Wagwan Regia! Pues sucede que en el DF es igual, aunque aquí hay una concentración geográfica donde se pueden hallar en la ciudad, nada más súbete al metrobús con dirección al caminero y pasando la estación de la glorieta de Insurgentes comienza…La calle tapizada de ambos lados con negocios jóvenes, alternativos y uff, hipsters.

Lo mismo se puede decir de los clubs, cafeterías y restaurantes; parece ser que lo gourmand y el deseo de ser original y expresarse con la vestimenta es algo también clasificado así. Comer bien se ha vuelto una muestra de elitismo y desprecio hacia la cultura tradicional de las garnachas. (No me malinterpretes, me gusta comer en la casa de Toño como a cualquier otra persona de estos rumbos que tiene un interés en la comida deliciosa.)

Podría ser tal vez, (para darle énfasis al misterio que esto es para mí) que el DF es el nido de esta subcultura en el país, pero no se sabe hasta que se experimente y creo que tendrías que venir a sacar tus conclusiones.

Puedo decirte que las personas son tan rápidas para etiquetar como lo son en otros estados. Lo peor, la etiqueta te cae encima por aspectos superficiales como tu ropa (o en casos extremos por tus lentes de sol) sin realmente recurrir a el checklist para definir si alguien es un hipster, lo cual con gusto te comparto.

Siéntete libre de hacer comparación y ver si aplica para tí.

1- Odia con pasión a los líderes del país y su política económica.

2- Tiene severos problemas con la religión establecida y prefiere vivir el misticismo a través de ideologías paganas o milenarias. (yoga, religiones maya y azteca, etc.)

3- La idea de una sociedad y medios masivos le ofende; los ve como una herramienta para que el estado mantenga a la sociedad oprimida.

4- Su forma de vestir tiene carácter y personalidad, mezcla tendencias viejas y nuevas con prendas totalmente contrastantes pero complementarias.

5- Le aberra la música popular, no por arrogante pero porque “el plan del viernes” no refleja la profundidad que la música puede tener en realidad.

6- Le gusta de sobremanera la lectura y la cultura, esto es lo más molesto porque sus comentarios iconoclastas derriban todos los cimientos de la vida y si no soy yo quién lo dice, no cuenta.

7- Sabe de estética clásica y puede decirte con tranquilidad que eso que se considera arte es una tendencia, eso que se considera clásico es contemporáneo y eso que se considera invaluable es kitsch.

8- Usa la palabra kistch para definir elementos populares de la cultura colectiva.

9- Sabe usar una cámara y a la vez lucha por de-místificarla. No naces siendo un fotógrafo, aprendes a usar una cámara y el resto es prueba y error hasta que logras acertar un estilo.

10- No terminó este checklist y pensó ¿qué mierda dices?

Así que ya tienes fundamentos para distinguir una persona que realmente es hipster de una que se cree, pero lo único que lo define como tal es usar lentes de pasta sin aumento y playeras de Joy Division.

¿Te responde la duda o la incrementa?

ReginayChino

 PARTE 2

Regina: Pues la verdad es que creo que es algo muy parecido a Monterrey, por acá no existe realmente un área definida pero sí que existen bares, tiendas y eventos donde te puedes topar a los “hipsters” en la ciudad; llámese foodtruck parks, festivales de música, bares «alternativos», etc.

¡Pero no culpo a la sociedad eh!, creo que como siempre, el ser humano se encarga de buscar un nombre para todo aún cuando no sabe definirlo en su núcleo; como me decías la otra vez: «Es más fácil etiquetar y señalar lo que no conoces que tratar de entenderlo».

Y bueno volviendo a mi caso, resulta que hay varios pecados y gustos en mi vida que me hacen ser hipster según el checklist de por acá:

  1. Hablando de Gula: Ser vegetariana y tener interés por los productos orgánicos y «esas ondas».
  2. Hablando de Soberbia: Ser diseñador, músico o «artista», tener tatuajes y piercings, etc.
  3. Hablando de avaricia: Querer tener dinero para viajar por el mundo o para ir a festivales musicales.
  4. Hablando de ira: Concentrar las emociones en la práctica de yoga y el ejercicio.
  5. Hablando de lujuria: Tener cierto fetiche con los hombres tatuados y de pelo largo. (con barba)
  6. Hablando de pereza: Escuchar música «rara» e ir a museos.
  7. Hablando de envidia: Vivir codiciando el tiempo libre que unos tienen para poder leer y «crear» más arte.

Pero bueno, al final de cuentas, creo que no hay mejor manera de concluir el tema que con mi párrafo favorito de la carta que le escribiste a tu mamá: «…Debí de haberlo prevenido mamá, debí de haber dicho que me gusta todo lo que le gusta a todos ellos, los debí de haber dejado seguir creyendo las mentiras en las que basan su vida para que así no fuera tomado como persona arrogante y elitista. Espero que me sigas queriendo como tu hijo a pesar de que leer libros y tener intereses más allá de las fronteras de donde habitas son razones para etiquetarme de esta manera»

¿Y sabes algo? no me molesta la etiqueta. De hecho creo que si ser hipster significa querer saber más allá, buscar creatividad alternativa y «lo diferente» entonces que me lo pongan de apellido, no importa; lo que sí me causa un poco de problema es que se piense que TODO lo que hago, lo hago para seguir cumpliendo con la etiqueta de hipster… Tú sabes que escucho música «rara» desde los 12 años, escribo desde los 11, leo desde los 7 y soy vegetariana por convicción y no por moda… ¡Porque eso de ser hipster por moda, también es otro tema eh!

Sin embargo, es interesante que mirando de nuevo a nuestro alrededor, lo más probable es que todos ya estén probando por lo menos una de las «características» hipsters… ¿No?

 Parte 3

Chino: Claro, aunque el conocimiento básico de sociedad, inglés y subculturas, hacen que intuyan que una persona es hipster por seguir tendencias, pero la realidad es todo lo contrario. Quién no sigue la tendencia es el hipster, quién la sigue fielmente siente odio a quién no por la cualidad innata del humano por querer ser mejor…

Regina: Y es ahí donde me confundo aún más, pues entonces yo no soy nada hipster. Como estudiante de moda me gustan algunas tendencias y después me da por seguirlas, un ejemplo sería mi primera experimentación con estampados coloridos. Fue muy marcada para la temporada Primavera-Verano 2014.

Además, paso a otro tema que siempre me ha hecho sentir que no encajo: no soy lo suficientemente hipster para sentirme parte de los hipsters y no soy lo suficientemente “normal” para ser parte de mis amigos normales.

Chino: A lo que me refiero con tendencia no es lo que marca el fashion para esa temporada, sino lo que marca la sociedad. Una actividad realizada por muchas personas por la simple razón de que es en masa (ice bucket challenge, etc). Ya lo que realices dentro de tu nicho es eso.

Ahora pasando a tu otra declaración, tú no eres quién se pone la etiqueta, tú eres quién eres y la sociedad trata de clasificarte de alguna u otra manera para sentirse más cómoda coexistiendo contigo, porque según ellos, ya saben de qué se trata tu mindset, aunque no tenga la más remota idea de la realidad de ésta.

Te dejo con un par de reflexiones de definiciones hechas en 1957 acerca de los Beatniks, los Hipsters y los Hippies; algo de cultura general que todos deberían conocer antes de etiquetar:

“La distinción que Norman Mailer hizo entre beatniks y hipsters los definió como “negros blancos, aventureros de la ciudad, merodeadores de la noche, sicópatas filosóficos”. Pero en realidad, el término hipster, que dio origen a hippie, prácticamente es sinónimo de beat. Si acaso el hipster sería un poco más grueso y violento que el beat. Bruce Cook dice que la palabra se originó, otra vez, entre los negros del jazz y de la droga. En un principio era “hep” y significaba “una calidad intuitiva de entendimiento instantáneo”. Después se convirtió en “hip”, y ya en los cuarenta el término era tan común que había un jazzista llamado Harry The Hipster Gibson. A fin de cuentas, lo hip es lo que está en onda, y “hipster” es el que agarra la onda, un “macizo”.

Los beatniks constituyeron un fenómeno contracultural, compartieron el desencanto de los existencialistas pero le dieron un sentido totalmente distinto; la literatura fue su gran vía de expresión, también crearon un lenguaje propio, exploraron su naturaleza dionisiaca y favorecieron el sexo libre, el derecho al ocio, ¡la hueva creativa!, y a la intoxicación; fueron hedonistas y lúdicos; consumieron drogas para producir arte, para dar mayor intensidad a la vida y para expander la conciencia; manifestaron una religiosidad de inclinaciones místico- orientalistas, y el jazz fue su vehículo musical; rechazaron conscientemente el sistema y siempre dejaron ver una conciencia política traducida en activismo pacifista. Casi todo esto sería asumido por los jipis en los años sesenta.” (Contracultura en México, José Agustín. 2007)

Queda dar como conclusión acerca de este tema, que la nueva corriente de ser “hipster” es una creación contemporánea para etiquetar a todos aquellos que se encuentran en contra de tendencias populares de cultura (o falta de), esperando que a partir de la segregación se logre después, un desecho de estos valores y una pronta incorporación al popul por miedo al rechazo de aquellos que le ponen esta etiqueta.

Pero como le decía a mi madre en la carta que le hice, con que ella me siga amando, es superfluo lo que la sociedad opine de mis hábitos; y al contrario, exhorto al lector que posterior al análisis de esta pieza, lo haga con sí mismo y establezca una jerarquía de lo que realmente importa. Y si la manera en la que hablo y me visto o la manera en que es engañado a pensar, ser y vivir es más fuerte y finalmente lo que prefiere es tacharme de hipster, entonces el problema ya no es nuestro bebé.

Creditos «and stuff»:

Redacción: Una colaboración con mi «Pen pal» ShitLBG (http://shitlbg.wordpress.com/)

Bibliografía: Agustín, J. (1996). Beatniks. In La Contracultura en México (p. 9). Cuautla.